Mié, 24 Abr 2024 05:45 AM

A Otani le irá mejor como bateador en su 1er año

 

Video de los 22 jonrones que conectó Shohei Otani en la NPB en 2016

 

   Un detalle que veníamos pensando desde que el fenómeno Shohei Otani tomó el año pasado la decisión de irse a las Grandes Ligas se hizo evidente esta semana: lo más probable es que le vaya mejor como bateador que como lanzador, al menos en su primer año.

 

   La razón de esta afirmación es simple: con apenas 23 años y 543 entradas en su brazo, el espigado derecho es, hasta ahora, el lanzador japonés con menos experiencia sobre el montículo en dar el salto a la Gran Carpa.

 

   Cuando Daisuke Matsuzaka hizo la transición tenía 27 años y 1.400 entradas de experiencia sobre sus hombros. Yu Darvish lo hizo con 25 años y 1.268 episodios y Masahiro Tanaka con 25 años y 1.315 capítulos.

 

   Si a eso le agregamos el hecho de que cada uno de ellos estaba dedicado exclusivamente a trabajar sobre el montículo, no es una sorpresa entonces que todos hayan sido lanzadores mucho más dominantes que el primero durante sus carreras en la NPB.

 

   Para su juventud y su corta experiencia, Otani es sin duda un lanzador de un gran calibre. No posee los 9 lanzamientos de Darvish ni la efectiva recta de dedos separados de Tanaka, pero sí cuenta con una poderosa recta que ha superado a las 102 millas por hora, tres lanzamientos secudarios muy buenos y un excelente control.

 

   El problema es que esa recta que tanto éxito le ha dado en Japón no tendrá necesariamente la misma efectividad en las mayores, donde muchos lanzadores alcanzan esa velocidad y todos los bateadores están acostumbrados a verla.

 

   En Japón, donde la mayoría de los monticulistas dependen de sus envíos quebrados, Otani es el único que llega a las 100 millas, por lo que automáticamente está en ventaja sobre sus rivales ya que ninguno de ellos está acostumbrado a ver rectas tan rápidas.

 

   En las Grandes Ligas, por el contrario, los bateadores no sólo están acostumbrados a ver esos lanzamientos sino que además los buscan, por lo que sin duda el japonés deberá aprender a mezclar muy bien sus envíos para poder tener éxito y eso no va a ocurrir de inmediato.

 

   Ahora, esto no quiere decir que su carrera como lanzador en la Gran Carpa esté destinada a terminar en fracaso, sino que simplemente es posible que su período de aclimatación a la liga en ese departamento sea más largo que el de sus compatriotas.

 

Imágenes de la primera apertura de Otani en los entrenamientos primaverales de MLB

 

   Una prueba de ello ya la pudimos ver durante las dos aperturas que ha realizado hasta ahora en los entrenamientos primaverales de los Angelinos de Los Ángeles. En la primera de ellas permitió un jonrón y una carrera sucia en una entrada y un tercio de labor. Ponchó a 2 de los 4 bateadores que retiró y mostró su talento como lanzador, pero permitió 2 anotaciones.

 

   Su segunda apertura estuvo mucho mejor. Abanicó a 8 de los 12 rivales que enfrentó y demostró la efectividad de sus 4 lanzamientos, pero volvió a permitir 2 carreras en apenas 2 episodios y 2 tercios de labor.

 

   Lo más seguro es que su rendimiento mejore a lo largo de la temporada, pero su efectividad sin duda será mucho más alta que el 2.52 que registró en las 5 campañas en las que vio acción en Japón.

 

   Tomando en cuenta que también dedicará parte de su tiempo a batear y que su manager, si es inteligente, le dará descanso de vez en cuando para no arriesgarlo a una lesión, nuestro pronóstico es que en 2018 realizará entre 15 y 20 aperturas nada más.

 

   Tal como lo han hecho Darvish y Tanaka, es muy posible que su número de ponches sea alto, pero su récord debería ser mucho más parejo que el de éstos, algo así como 7 y 6, con una efectividad entre 3.50 y 4.00.

 

   Esos no son números particularmente sorprendentes, pero si logra registrarlos y además destacar desde la caja de bateo, como promete hacerlo, entonces sin duda estaríamos ante la presencia de una campaña histórica.

 

   Esto nos trae a la otra faceta del jugador, una en la que tampoco tiene demasiada experiencia (apenas 1.000 turnos en 5 temporadas), pero sí ha demostrado un increíble talento para la adaptación a nuevos escenarios y una gran consistencia en sus resultados.

 

   En su debut como profesional en Japón, a los 18 años, se fue de 5-2 con una empujada luego de batear octavo y cubrir el jardín derecho para los Luchadores de Nippon Ham. En apenas su segunda campaña, en 2014, registró un récord de 11-4 como lanzador y disparó 10 jonrones y remocó 31 carreras como bateador.

 

   Esos 10 estacazos y 31 remolques, además, los cosechó en apenas 200 turnos al bate, lo que se traduce en un promedio de un cuadrangular cada 5 partidos y 2 empujadas cada 3 juegos. Esos mismos totales, proyectados a los 500 turnos por año que un bateador regular ve en las mayores, se convierten en 25 vuelacercas y 78 empujadas.

 

   A medida que fue mejorando y ganando experiencia al bate, sus números también fueron en ascenso. Su promedio, por ejemplo, que no llegó a .300 en sus 3 primeras temporadas, superó esa barrera y se mantuvo bien por encima de ella en sus 2 últimas.

 

   Su total de estacazos subió a 22 en 2016 y su número de remolques a 67 ese mismo año. Debido a una lesión sólo pudo tomar 200 turnos en 2017, pero sus resultados fueron casi idénticos a los de 2014: 8 jonrones y 31 remolques, con la diferencia de que esta vez registró un promedio de .332 y no de .274.

 

Imágenes del debut de Otani como bateador en los entrenamientos primaverales de MLB

 

   Su llegada reciente a las Grandes Ligas, por lo que hemos visto hasta ahora, no amenaza con afectar ese gran rendimiento. En su primer juego como bateador en los entrenamientos primaverales, se fue de 1-1, con un sencillo, un remolque y 2 boletos. Al día siguiente, en su segundo partido, se fue de 3-0, pero hizo buen contacto con la pelota.

 

   Cuando un grupo de estrellas de MLB visitó Japón en 2014 para disputar una serie de partidos amistosos contra la selección nipona, los jugadores visitantes no pudieron quedar más sorprendidos con el talento del joven atleta, quien trabajó como abridor, relevista y bateador durante el encuentro y destacó en todos esos roles.

 

   Luego, en 2016, Nippon Ham decidió comenzar sus entrenamientos primaverales en Arizona y quienes lo vieron trabajar allá no dudaron en comparar el sonido de su bate con el que hacía Josh Hamilton en su mejor momento con los Vigilantes de Texas.

 

   No cabe duda de que posee el talento para brillar como bateador en las mayores, ni tampoco de que su adaptación a la liga en ese rol será más sencilla que como lanzador.

 

   Las rectas de alta velocidad que abundan en la Gran Carpa son más fáciles de anticipar y conectar que los innumerables e impredecibles lanzamientos quebrados que se ven en la NPB, a los que además ya está acostumbrado.

 

   Como ocupará una buena parte de su tiempo a realizar entre 15 y 20 aperturas en 2018 y que, por lo tanto, su manager no lo pondrá a batear todos los días para no quemarlo, nuestro pronóstico es que tomará unos 200 turnos esta temporada.

 

   Tomando en cuenta las cifras que registró en Japón en un número similar de oportunidades, lo más probable es que conecte entre 5 y 7 cuadrangulares este año, empuje unas 25 carreras y registre un promedio de alrededor de .290.

 

   Repetimos, no se trata de números demasiado destacados, pero cuando se juntan a su trabajo como lanzador resulta imposible negar que estaremos ante la presencia de una campaña histórica para el béisbol de Grandes Ligas.

 

   El principal problema que enfrenta Otani es la incredulidad. Hay muchos que, sin haberlo visto nunca en acción, creen ya que es absolutamente imposible que pueda trabajar como abridor y bateador al mismo tiempo.

 

   Su misión, por lo tanto, es probar lo contrario y eso es algo que creemos que va a lograr sin problemas. Ya lo demostró en Japón durante los últimos 5 años y ya lo ha comenzado a hacer en los entrenamientos primaverales de MLB.

 

   Insistimos en que lo más probable es que los números de su primera temporada en las mayores no sean sorprendentes, pero el simple hecho de que logre hacer ambas cosas de manera simultánea ya será un éxito rotundo.

 

   Además, tal como lo hizo en su país, siempre podrá mejorar esos números en el futuro. Después de todo, se trata de un jugador que todavía se está formando y cuyos mejores años sobre el terreno todavía están por llegar.