Mié, 24 Abr 2024 12:18 PM

Los pormenores de la partida de Shohei Otani a MLB

 

   Nuestro amigo y colega Arturo Marcano nos solicitó hace un par de días a través de su cuenta en Twitter que habláramos del caso del fenómeno Shohei Otani, quien tiene planeado irse a las Grandes Ligas luego de finalizada la presente temporada de la NPB.

 

   Se trata de un tema fascinante del que nos encanta hablar, pero también muy complejo, por lo que haremos nuestro mejor esfuerzo para resumirlo de la manera más clara posible en nuestra columna de hoy.

 

   Aclaremos primero que Otani, que juega para los Luchadores de Nippon Ham de la Liga del Pacífico, todavía necesita disputar 5 temporadas completas más (incluyendo la presente) para poder convertirse en agente libre y decidir como más le convenga qué hacer con su futuro.

 

   Antes de que eso ocurra, la única opción que tiene para irse a las mayores es apelar al llamado Sistema de Traspasos, a través del cual su club ofrecería sus servicios a los conjuntos de la Gran Carpa y éste podría sentarse a negociar con todos los que estén interesados.

 

   Para que la transferencia se haga realidad, el jugador debe solicitar primero ser vendido a MLB. Luego, su club debe aceptar dicha solicitud y, por último, un conjunto de las mayores debe firmarlo y pagar el costo del traspaso a su equipo (máximo 20 millones de dólares).

 

   Existe un pacto de caballeros entre los jugadores japoneses y sus clubes para este tipo de situaciones. Siempre y cuando el primero haya rendido de manera extraordinaria sobre el terreno, el segundo no podrá interponerse en su deseo de irse a probar suerte a Norteamérica.

 

   Si ese no es el caso, entonces el club podrá rechazar su solicitud y mantenerlo bajo su control hasta que éste cumpla con su parte del trato, como le ocurrió a Kenta Maeda luego de la campaña 2014, cuando quiso irse a MLB pero su conjunto, Carpas de Hiroshima, le cerró la puerta debido a los pobres resultados que arrojó desde el montículo ese año.

 

   Otani, afortunadamente, no tiene que preocuparse por una eventual negativa de Nippon Ham. Luego de haber ganado el galardón al Jugador Más Valioso de la Liga del Pacífico en 2016, haber sido electo al Equipo Ideal de la temporada en dos posiciones distintas (lanzador y bateador designado) y además llevar a sus compañeros al título de la Serie de Japón, está claro que su club no tiene manera de negarle su solicitud de irse a las mayores.

 

   Eso fue, de hecho, lo que le prometió al firmarlo luego del Draft de 2012: que lo dejaría irse a las Grandes Ligas tan pronto como estuviera listo, y no cabe duda de que ya lo está.

 

   Otani anunció en noviembre del año pasado que su intención es irse a MLB luego de finalizada esta temporada, por lo que hasta nuevo aviso ése es su plan. Sin embargo, un par de cosas han ocurrido desde entonces que podrían convencerlo de cambiar de parecer.

 

   La primera de ellas fue la firma del nuevo convenio laboral de MLB con su Asociación de Peloteros en noviembre de 2016. Las reglas del mismo imponen un límite monetario para la firma de jugadores extranjeros menores de 25 años que reduce mucho no sólo el monto de dinero que los clubes pueden utilizar para firmarlos, sino también el salario que éstos podrán ganar.

 

   Esto quiere decir que si Otani decide irse a las mayores tras finalizar esta temporada, cuando apenas contará con 23 años, el monto de su contrato será extremadamente modesto. Lo más probable es que ni siquiera supere los 10 millones de dólares.

 

   Según la reglas del convenio anterior, su firma hubiese costado entre 200 y 300 millones de dólares, según la prensa norteamericana y prácticamente todos los scouts que tienen años evaluándolo.

 

   Lo más sensato sería esperar a que cumpla los 25 años para poder hacer la transición en las condiciones más favorables, al menos en lo que a términos financieros se refiere, pero eso requeriría quedarse jugando en Japón por 2 años más y esa quizás no sea su intención.

 

   La otra cosa importante que ha ocurrido es que está lidiando con dos lesiones en este momento y una de ellas podría obligarlo a pasar por el quirófano y perderse el resto de esta campaña, que es algo que sin duda alteraría sus planes.

 

   La primera de esas lesiones la sufrió durante el cuarto juego de la Serie de Japón del año pasado y desde entonces no ha mejorado. Se trata de un osteofito en su tobillo derecho que, como ya mencionamos, podría requerir cirugía. Si eso ocurre, es probable que no pueda volver a jugar este año.

 

   La segunda lesión la sufrió hace un par de días mientras corría hacia la primera base en un juego de su equipo. Se trata de un desgarre del bíceps femoral de la pierna izquierda y se estima que necesitará entre 4 y 6 semanas para recuperarse.

 

   Un cuarto de su presente campaña, por lo tanto, ya está perdida y eso sin duda va a afectar sus números este año y su nivel de satisfacción con respecto a su rendimiento sobre el terreno.

 

   En una entrevista reciente publicada por la prestigiosa revista norteamericana Sports Illustrated, Otani declaró que decidió no irse a MLB después de terminada la temporada 2016 porque sintió que su aporte al título de la Serie de Japón que ganó su equipo no fue suficiente.

 

   “Quiero ganar otro campeonato en el que quede completamente satisfecho y sienta que di lo mejor de mí y le dediqué todo mi esfuerzo [al equipo]”, explicó el jugador, a través de un intérprete, al periodista John Wertheim.

 

   Parece muy difícil entonces que luego de una temporada incompleta -o quizás perdida por completo si decide operarse- el fenómeno japonés quede lo suficientemente satisfecho consigo mismo como para abandonar al equipo que lo ha formado e irse a la Gran Carpa, sobre todo si éste termina el año en una mala posición.

 

   Lo más probable es que en ese caso decida quedarse por al menos un año más, hasta que pueda despedirse en buenos términos y con unos números más acordes con su increíble talento.

 

   Está claro que el dinero no es su principal preocupación, ya que está dispuesto a irse a MLB ahora, cuando en lugar de firmar por 200 o 300 millones de dólares lo haría por apenas 10.

 

   Si bien su sueldo actual es de 2,4 millones de dólares, éste prácticamente no gasta nada de lo que gana. Vive en el dormitorio del equipo, donde le sirven 3 comidas diarias y cuenta con todo el entretenimiento que necesita y además se traslada al estadio en taxis pagados por el equipo, ya que no tiene carro propio.

 

   Se estima que vive con apenas mil dólares al mes que le envían sus padres del sueldo que recibe y que gasta la mayoría de ese dinero en libros de preparación física y artículos de entrenamiento. Ni siquiera bebe alcohol, razón por la cual no sale mucho en las noches con sus compañeros de equipo sino que decide quedarse tranquilo en el dormitorio.

 

   La decisión final depende exclusivamente de él. El club ya le ha dado la luz verde para que se vaya cuando quiera, por lo que ahora le toca a él decidir el momento más oportuno para hacer la transición a las mayores.

 

   Podría ser en noviembre de este año, tal como lo ha tenido planeado desde hace varios meses, pero también podría ocurrir a finales de 2018, o incluso de 2019. Todo dependerá de cómo le vaya esta temporada y de lo satisfecho que quede con su rendimiento sobre el terreno.

 

   Si las dos lesiones que tiene no obligan a perderse la mayor parte del calendario y para colmo Nippon Ham queda fuera de la postemporada, lo más probable es que decida quedarse por al menos un año más.

 

   Si a pesar de todo logra rendir bien y registrar una campaña exitosa con su club, entonces se convertirá en la principal atracción del próximo mercado invernal de las Grandes Ligas.