Vie, 19 Abr 2024 20:19 PM

Japón y el éxito de los bateadores surcoreanos en MLB

 

   Dos de nuestros seguidores nos preguntaron recientemente si los toleteros japoneses no sienten que están perdiendo terreno frente a sus pares surcoreanos en las Grandes Ligas, ya que éstos han tenido un éxito mucho mayor que los primeros en ese escenario en los últimos años.

 

   La respuesta es muy sencilla: no. Tradicionalmente, el béisbol japonés siempre ha hecho más énfasis en el pitcheo, la defensa y la llamada pelota pequeña que en la fuerza y eso no parece que vaya a cambiar en el futuro.

 

   Casi todos los managers japoneses creen más en el toque de sacrificio y el robo de base que en el jonrón y hasta se enorgullecen cuando sus dirigidos lideran la liga en esos departamentos, incluso si también lo hicieron en cuadrangulares.

 

   Sin ir muy lejos, muchos críticos se volcaron a felicitar a los Luchadores de Nippon Ham por su reciente victoria en la Serie de Japón alegando que la habían obtenido gracias a su excelente pitcheo, su mejor defensa y la infinidad de toques de sacrificio que realizaron durante el año.

 

   El hecho de que también lideraron la Liga del Pacífico en promedio de bateo con .266 y que fueron segundos en jonrones con 121, aspectos que sin duda fueron decisivos para su éxito, fue flagrantemente omitido.

 

   La consecuencia de tal mentalidad es que el número de toleteros de poder que produce la liga es muy bajo, ya que su principal foco está en formar bateadores que tengan buen promedio y corran bien las bases, no que conecten jonrones.

 

   En este momento, por citar un ejemplo, la NPB sólo cuenta con 3 bateadores japoneses de poder: Yoshitomo Tsutsugo, quien lideró ambas ligas este año con 44 jonrones; Sho Nakata, un toletero de gran físico que todavía no saca la pelota tanto como debería; y Takeya Nakamura, ganador de 6 titulos de jonrones de la Liga del Pacífico en los últimos 9 años.

 

   A ese grupo podrían añadirse Yuki Yanagita, quien a pesar de ser un tercer bate que anota muchas carreras también es capaz de disparar más de 30 estacazos por campaña, y Tetsuto Yamada, un diminuto camarero con características similares a las de Yanagita que ha sumado al menos 38 jonrones y 100 carreras empujadas en sus últimas 2 temporadas.

 

   Como último recurso, podría contarse a Shohei Otani como un toletero de poder más, ya que a pesar de dividir su tiempo entre el montículo y la caja de bateo logró sumar 22 cuadrangulares este año. No obstante, la lista no pasaría de ahi.

 

   Por si eso fuera poco, sólo Tsutsugo, Nakata y Nakamura actúan regularmente como el cuarto bate de sus respectivos equipos. El resto de los clubes de la NPB, por lo general, otorga esa posición a un toletero de poder extranjero o a un jugador japonés capaz de batear para promedio con corredores en posición anotadora.

 

   De hecho, el único slugger natural que Japón ha enviado hasta ahora a las Grandes Ligas ha sido Hideki Matsui, quien si bien no tuvo tanto éxito a ese nivel como en su país sí logró conectar 175 jonrones en su carrera norteamericana.

 

   El resto de los toleteros nipones que han dado el salto a la Gran Carpa se asemejan más a Ichiro Suzuki, a quien nadie podrá nunca igualar, que a Matsui, por lo que el éxito que están teniendo los bateadores surcoreanos en las mayores en este momento no tiene nada que ver con que los japoneses estén perdiendo terreno en ese departamento.

 

   En realidad, éstos ya lo habían perdido desde 2010, cuando Matsui registró su última buena temporada en las mayores con los Angelinos de Los Ángeles e Ichiro sumó su última campaña con más de 200 hits para los Marineros de Seattle.

 

   Por lo que hemos escuchado, la liga de Corea del Sur hace más énfasis en el juego de poder que en el toque de sacrificio y se parece mucho en ese aspecto a MLB, por lo que no debería sorprendernos que ahora sus mejores representantes estén triunfando a ese nivel.

 

   Después de todo, se trata de dos maneras distintas de ver y entender el mismo deporte. Japón cree mucho en el trabajo en equipo y en la supresión de la individualidad en favor del beneficio común, mientras que en las mayores se valoran más los logros individuales y el espectáculo.

 

   Es por esto que, desde que empienzan a jugar béisbol, a todos los niños japoneses se les enseña a tocar la pelota, ya que ese representa el principal ejemplo del sacrificio individual en beneficio del equipo. De hecho, no sólo se les enseña a sacrificarse para ayudar a sus equipos sino que además se les castiga si conectan demasiados jonrones o muetran cualquier señal de individualidad.

 

   En las mayores, por el contrario, se busca más la fuerza que la habilidad. Se le da preferencia a un lanzador cuya recta alcanza las 95 millas por hora, aun si no tiene control, sobre otro que no posee tanta velocidad pero sí cuenta con 4 o 5 lanzamientos distintos y además puede colocar la pelota donde quiera.

 

   Así mismo, sus equipos buscan formar alineaciones en las que los 9 toleteros puedan enviar la pelota a las gradas en lugar de tratar de mezclar esa fuerza con habilidad, contacto y velocidad.

 

   Como están las cosas, dificultamos mucho que los equipos de las mayores puedan contratar a un slugger japonés en el futuro cercano.

 

   Nakamura, el mejor jonronero japonés de los últimos 25 años, no sólo vive lesionado sino que además ya cuenta con 33 años y las posibilidades de que juege algún día en la Gran Carpa son prácticamente inexistentes.

 

   Tsutsugo es, probablemente, la mayor esperanza que tiene Japón de ver a uno de sus sluggers figurar en las mayores en el futuro. Sin embargo, éste sólo ha completado 2 de las 9 temporadas que necesita culminar para poder convertirse en agente libre, de manera que su traspaso a MLB, si se da, no ocurrirá pronto.

 

   Nakata, como ya mencionamos, todavía no conecta tantos jonrones como debería, por lo que si no es capaz de destacar en la NPB como sí lo está haciendo Tsutsugo, parece muy difícil que logre atraer la atención de los conjuntos de las Grandes Ligas en el futuro.

 

   Yamada, a pesar de su corta estatura y su modesto peso, cuenta con todas las herramientas necesarias para triunfar en las mayores, pero al igual que Tsutsugo apenas está comenzando su carrera en Japón y todavía necesita disputar varias temporadas más con su equipo antes de siquiera pensar en trasladarse a las mayores.

 

   Yanagita, debido a su imponente físico y su poderoso swing, también posee todo lo necesario para brillar en MLB, pero su caso es más complicado que el de Yamada debido a que su equipo nunca ha accedido a vender a alguno de sus jugadores a través del llamado Sistema de Traspasos.

 

   Esto quiere decir que si él desea irse a la Gran Carpa, deberá esperar hasta convertirse en agente libre y eso sólo ocurrirá cuando ya haya cumplido sus 33 años, momento en el cual parece difícil que logre despertar el interés de algún conjunto norteamericano.

 

   Irónicamente, Otani podría convertirse en el próximo gran bateador japonés en las Grandes Ligas. Su traspaso a MLB no va a ocurrir ahora, pero podría darse en cualquier momento de los próximos 3 años.

 

   La mayoría de los equipos que están interesados en contratarlo desean utilizarlo como lanzador, pero si le dan la oportunidad de batear también, como lo hace ahora en Japón, lo más probable es que el joven talento logre brillar en ambos departamentos.

 

   Es probable que ni siquiera los fanáticos japoneses estén preocupados por el hecho de que los toleteros surcoreanos estén teniendo más éxito en las Grandes Ligas en este momento. Después de todo, ellos también prefieren ver el juego pequeño que se practica en la NPB en lugar del espectáculo que ofrece MLB.