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La exitosa carrera de Aarom Baldiris en Japón

 

   Como ya lo informamos el sábado, el venezolano Aarom Baldiris ha decidido abandonar la NPB para irse a jugar a Corea del Sur, por lo que no podemos sino celebrar la fantástica carrera que logró desarrollar en Japón durante los últimos 8 años.

 

   A pesar de que nunca se convirtió en una estrella como sus compatriotas Alex Ramírez y Alex Cabrera, el antesalista criollo sí se ganó la titularidad en los diversos equipos en los que vio acción, además del respeto de sus compañeros y la confianza total de sus managers, que nunca dejaron de colocarlo sobre el terreno.

 

   Si bien sus números de por vida en el circuito nipón no fueron deslumbrantes, el pelotero de 32 años fue siempre el tipo de jugador que todo estratega desea tener en su equipo: tranquilo, callado y que nunca se queja, pero a la vez un gran trabajador que rara vez se lesiona y cuya actuación es siempre muy consistente.

 

   Todo comenzó en febrero de 2008, cuando después de pasar 7 años en las categorías inferiores de los Estados Unidos fue invitado a hacer una prueba durante los entrenamientos primaverales de los Tigres de Hanshin. El club quedó tan satisfecho con su desempeño que decidió firmarlo e incluirlo en su programa de desarrollo de jugadores.

 

   A sus 24 años, la movida pareció no ser la mejor, porque simplemente estaba pasando de las ligas menores de un país a las de otro, pero al final terminó siendo la decisión más acertada de su carrera.

 

   Bajó la tutela del entonces manager de Hanshin, Akinobu Okada, el joven antesalista dio rienda suelta a su talento en el conjunto filial de la organización y su éxito fue tal que para el 2 de mayo fue promovido al primer equipo.

 

   Al día siguiente debutó al máximo nivel de la NPB y no perdió tiempo en remolcar su primera carrera, luego de recibir un pelotazo con las bases llenas en un turno como emergente.

 

   A partir de entonces, Okada decidió utilizarlo tanto como pudo y el criollo terminó disputando 77 encuentros, en los que bateó para .227, con 3 jonrones y 16 empujadas, además de mostrar una excelente defensa en la tercera base.

 

   Su futuro en el club lucía muy prometedor, pero un hecho inesperado oscureció el panorama de su carrera en Japón. Luego de liderar la Liga Central por hasta 13 juegos de diferencia a finales de julio, Hanshin cedió el título del circuito a los Gigantes de Yomiuri en la recta final del calendario y Okada renunció a su puesto para asumir la responsabilidad de lo ocurrido.

 

   Hanshin renovó el contrato de Baldiris para 2009, pero sin el apoyo de su mentor el venezolano vio su participación en el primer equipo reducida a apenas 23 juegos, en los que sólo pudo batear para .103, con un cuadrangular y una remolcada.

 

   A pesar de ganar el título de bateo de las ligas menores ese mismo año, el club decidió dejarlo en libertad luego de finalizada la temporada, por lo que todo pareció indicar que su paso por la NPB había llegado a su fin.

 

   No obstante, la suerte volvió a sonreírle. Okada fue nombrado manager de los Búfalos de Orix para la campaña 2010 y lo primero que hizo fue reclutar otra vez al criollo para que formara parte de su nuevo proyecto.

 

   Tal como ocurrió en 2008, el estratega comenzó a utilizarlo poco a poco, dándole uno o dos turnos por partido, hasta que el primero de mayo la lesión del antesalista del equipo le dio la oportunidad de convertirlo en titular y éste no perdió tiempo en aprovecharla.

 

   En apenas su cuarto partido como titular, el venezolano comenzó una racha de 15 juegos consecutivos con al menos un imparable que disparó su promedio ofensivo de .276 a .378 e incluyó 4 vuelacercas y 11 carreras empujadas.

 

   Un par de lesiones menores le restaron tiempo de juego, pero al final disputó 118 partidos y registró números muy prometedores: bateó para .301, con 14 jonrones, 50 remolcadas, un porcentaje de bases alcanzadas de .363 y un porcentaje de slugging de .462.

 

   En 2011, además de ser el tercera base titular de Orix durante casi todos los juegos de la temporada, conectó 18 jonrones y remolcó 66 carreras para superar sus totales del año anterior, si bien su promedio descendió a .267.

 

   Su producción bajó un poco en 2012, pero sólo se perdió un partido del calendario y su protagonismo e importancia en el equipo continuaron en ascenso.

 

   Un claro ejemplo de ello fue el período entre el 28 de abril y el primero de mayo, cuando sonó un jonrón en cada uno de los cuatro partidos que disputó y además se dio el lujo de dejar en el terreno al conjunto rival con los dos últimos estacazos que conectó.

 

   Lamentablemente, Orix terminó en el foso de la clasificación de la Liga del Pacífico ese año y Okada tuvo que abandonar otra vez su puesto para asumir la culpa del resultado, pero esta vez su salida no afectó al criollo, cuyo contrato fue renovado sin discusión.

 

   La temporada 2013 ha sido hasta ahora la mejor de su carrera. Sus 91 carreras empujadas lo dejaron en el sexto puesto de la categoría en la Liga del Pacífico y además disparó 17 cuadrangulares y registró un promedio de .289.

 

   En principio, todo estaba listo para extender su contrato con Orix, pero su desilusión con el nuevo manager del club lo convenció de cambiar de aires y firmar con las Estrellas de DeNA de la Liga Central para la campaña 2014.

 

   El primer año con su nuevo equipo fue bastante accidentado. No sólo le costó adaptarse a los lanzadores del nuevo circuito, sino que además tuvo que pelear con una lesión y, sobre todo, con la falta de consistencia de su nuevo manager, que se antojó de sacarlo de su posición natural para colocarlo en la primera base.

 

   Ese cambio, si bien fue temporal, sin duda afectó mucho su rendimiento y eso se notó en sus modestos números finales. En cualquier otro escenario, es probable que el club lo hubiese dejado en libertad luego de finalizada la campaña, pero como había firmado un contrato de 2 años su regreso al equipo en 2015 estaba garantizado.

 

   Una vez adaptado a la nueva liga y tras recuperar la titularidad de la tercera base, el criollo no perdió tiempo en demostrar su valía. No sólo comenzó la campaña con una racha de 5 juegos en fila con hit, sino que además remolcó 5 carreras en el cuarto de ellos.

 

   Para el 9 de abril, estaba asentado como el líder bate y el líder remolcador de la Liga Central y se mantuvo entre los mejores de esos departamentos hasta mediados de mayo.

 

   Lamentablemente, a partir de entonces su producción comenzó a decaer de la misma manera en que lo hizo el rendimiento de todo el equipo, que llegó al inicio de los juegos interligas como líder del circuito pero terminó ocupando el foso de la clasificación a finales de año.

 

   Sus números finales no fueron los mejores (bateó para .258, con 13 jonrones y 56 empujadas), pero el club estaba interesado en renovarlo, en especial luego de contratar a su compatriota Alex Ramírez como su nuevo manager.

 

   Sin embargo, Baldiris no pudo llegar a un acuerdo salarial con la gerencia y ésta decidió dejarlo en libertad a mediados de noviembre, algo que desilusionó mucho a Ramírez, que esperaba contar con él para 2016.

 

   Otros clubes de la NPB, en especial los Marinos de Lotte, manifestaron su interés por contratar al experimentado antesalista, pero al final éste decidió cambiar de aires y mudarse a Corea del Sur, donde llegó a un acuerdo de un año con los Leones de Samsung.

 

   El valor del contrato, 950 mil dólares, es sin duda mejor que el salario de 627 mil que recibió de DeNA en 2015, por lo que en ese aspecto el cambio le favorece, pero habrá que esperar para saber cómo le irá sobre el terreno.

 

   Si por casualidad no le va bien y es dejado en libertad una vez que finalice el año, es muy posible que reciba ofertas para volver a la NPB, pero por los momentos debemos asumir que su paso por Japón ha llegado a su fin.

 

   Cuando tuvimos la oportunidad de entrevistarlo en 2015, nos comentó que cuando le llegase el momento de partir sin duda lo haría lleno de agradecimiento por todo lo que le dio Japón y lo más probable es que ese sea su principal sentimiento en este momento.

 

   Su presencia en la NPB será extrañada, pero a la vez le deseamos el mejor de los éxitos en esta nueva etapa de su carrera que está por empezar. Japón también le agradece todo lo que aportó a la liga durante los últimos 8 años.

 

Columna: El Bate del Samurai

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El Dato

El cubano Liván Moinelo se convirtió en 2020 en el tercer lanzador latino en ganar un título de Hold Points en la NPB, luego de liderar la Liga del Pacífico con 40. Los dos primeros fueron Marcos Mateo (43, en 2017) y Joely Rodríguez (44, en 2019), ambos en la Liga Central.

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