Japón y el cambio en las relaciones EEUU-Cuba

   El sorpresivo anuncio del presidente de los Estados Unidos la semana pasada con respecto al embargo económico que esa nación ha mantenido sobre Cuba durante más de 50 años promete cambiar radicalmente las relaciones deportivas entre ambas naciones.

 

   El gobierno norteamericano buscar restablecer las relaciones diplomáticas con su par cubano y esto podría permitir la partida legal de los jugadores cubanos a las Grandes Ligas, algo que hasta hace pocos días resultaba imposible.

 

   Mientras todo esto ocurre, Japón se mantiene a la expectativa de lo que suceda ya que su liga de béisbol profesional (NPB, por sus siglas en inglés) sería una de las principales afectadas por el cambio de las relaciones entre esos dos países.

 

   Desde que el gobierno cubano estableció el año pasado una política a través de la cual le permite a sus deportistas jugar profesionalmente en cualquier liga extranjera sin desertar su país, Japón se convirtió en el destino predilecto de los peloteros cubanos debido al alto nivel de juego con el que cuenta la NPB y también a los altos salarios que se ganan en la misma.

 

   Dicha política no les impedía jugar en las Grandes Ligas, pero el embargo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos sí les prohibía a los clubes de las mayores hacer negocios con cualquier organismo cubano, por lo que a los peloteros locales no les quedó otro remedio que apelar a la siguiente mejor opción: Japón.

 

   Esa exclusividad accidental les permitió a los clubes de la NPB firmar a los tres jugadores más cotizados que se mantenían activos en Cuba: Frederich Cepeda, Yulieski Gourriel y Alfredo Despaigne, quienes de no existir el embargo económico sin duda se hubiesen ido a jugar a los Estados Unidos.

 

   A pesar de que llegaron a Japón después de comenzada la temporada, los tres peloteros debutaron este año en la NPB en medio de una gran cobertura mediática. Cepeda lo hizo con los Gigantes de Yomiuri, Gourriel con las Estrellas de DeNA y Despaigne con los Marinos de Lotte.

 

   El primero decepcionó, luego de registrar un muy modesto promedio de .194 en 52 partidos, pero los dos últimos causaron sensación con sus buenas actuaciones, razón por la cual sus clubes les presentaron un par de generosas ofertas para renovarlos.

 

   Despaigne, que bateó para .311, con 12 jonrones y 33 empujadas en 45 partidos, aceptó la suya y renovó su contrato con Lotte por 2 temporadas más y 2 millones de dólares anuales, casi el triple de lo que recibió este año.

 

   Gourriel, que bateó para .305, con 11 jonrones y 30 empujadas en 62 juegos, se ha abstenido hasta ahora de renovar con DeNA, a pesar de que el club le ofreció 3 millones de dólares –el triple de lo que ganó este año– por una temporada más e incluso le dio la opción de firmar por 2 campañas más con el mismo salario.

 

   En un movimiento casi desesperado, DeNA llegó a anunciar hace unos días que había renovado a Gourriel por 2 años más, pero el propio jugador desmintió enfáticamente el pacto a través de su cuenta en Twitter.

 

   A la fecha de hoy la renovación sigue sin concretarse y debido al sorpresivo cambio en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba es probable que Gourriel termine rechazando la oferta de DeNA para tratar de irse a las Grandes Ligas.

 

   Si eso ocurre, Japón comenzaría a sufrir de inmediato los efectos de ese cambio, ya que perdería la exclusividad accidental que ganó este año con respecto a la contratación de peloteros cubanos.

 

   Luego del éxito registrado por Despaigne y Gourriel esta temporada, los clubes de la NPB se habían ilusionado con la idea de seguir firmando a los mejores jugadores de la isla por varios años más sin ningún tipo de competencia, pero la entrada de los Estados Unidos a ese mercado echaría por tierra ese plan.

 

   Así, en lugar de ver a Despaigne, Gourriel y varios peloteros más de renombre jugar en Japón durante la campaña 2015, lo más probable es que esa lista se reduzca sólo a Despaigne, que ya firmó y no tiene más remedio que honrar su contrato, y a algún joven prometedor que por alguna razón los equipos de las Grandes Ligas decidan no firmar en este momento.

 

   Puede que la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba tome tiempo en concretarse, en cuyo caso los mejores peloteros cubanos podrían continuar jugando en Japón por uno o dos años más, pero eventualmente la mayoría de ellos elegirá irse a la Gran Carpa.

 

   Un factor importante que juega a favor de la migración masiva de peloteros cubanos a las Grandes Ligas es que el proceso para que eso ocurra ya existe y ha sido probado con éxito, como lo vimos este año en Japón.

 

   Lo único que prevenía a esos jugadores de irse a los Estados Unidos era que el gobierno de ese país les impedía a los clubes de las mayores realizar cualquier actividad comercial con Cuba, pero si el embargo es eliminado entonces ya no existirá ningún obstáculo que impida la partida de esos peloteros a la Gran Carpa.

 

   Resultará interesante observar cómo se desarrollan las negociaciones entre la Federación Cubana de Béisbol y los conjuntos norteamericanos, porque lo más probable es que la primera insista en mantener la normativa que ha utilizado hasta ahora para permitirle a sus jugadores irse al exterior.

 

   El aspecto más importante de la misma es su disponibilidad. La FCB sólo permite a sus jugadores irse al exterior después de terminada la Serie Nacional, que a normalmente dura hasta marzo o abril, pero que en ocasiones se ha extendido hasta mayo e incluso junio.

 

   Parece difícil que los clubes norteamericanos acepten que los jugadores que ellos contraten se pierdan los entrenamientos primaverales, en especial si deciden pagar una alta suma de dinero por los mismos.

 

   Así mismo, el requisito cubano de que los contratos sean sólo por un año también promete crear fricción en las negociaciones, como lo hará la exigencia de que los jugadores sean cedidos para participar en competencias internacionales, como los Juegos Panamericanos 2015.

 

   Es posible que los equipos de las Grandes Ligas acepten sin problemas todas las normas impuestas por la FCB, pero también lo es que ésta termine cediendo a la presión de los mismos y realice ciertas concesiones durante las negociaciones.

 

   Cualquier desacuerdo entre ambas partes podría beneficiar a Japón, ya que la FCB podría optar por enviar a ciertos jugadores a la NPB en lugar de hacerlo a las Grandes Ligas, pero como ya mencionamos anteriormente, lo más probable es que tarde o temprano la mayoría de los peloteros cubanos opte por irse a los Estados Unidos.

 

   En realidad, el impacto que tendrá el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos en la NPB, a pesar de ser importante, no será determinante en el funcionamiento de la liga, ya que en el peor de los escenarios todo volvería a ser como lo fue el año pasado, cuando no era posible contratar jugadores que todavía viviesen en la isla.

 

   Por el contrario, el cambio realmente importante se verá en las Grandes Ligas, donde se podrá presenciar una migración masiva de peloteros cubanos a los equipos locales en el futuro inmediato.